Ascanio, hijo del héroe troyano Eneas y de su primera esposa Creusa, ocupa un lugar destacado en la mitología romana por su papel como fundador de la ciudad de Alba Longa. Según la leyenda, 33 años después de la llegada de Eneas y un grupo de fugitivos troyanos a Italia, Ascanio estableció Alba Longa, marcando un paso crucial en la historia que llevaría al nacimiento de Roma. Esta fundación no solo representa la continuidad del linaje troyano en Italia sino también el inicio de una nueva era en la historia romana.
Conocido también por su segundo nombre, Iulius (Julio o Ilus, derivado de Ilium, el nombre griego de Troya), Ascanio forma un vínculo genealógico directo con figuras históricas significativas, como Julio César y el emperador Augusto. La familia de estos líderes romanos, conocida como los Julios o Julieranios, afirmaba orgullosamente su descendencia de Eneas y Ascanio, un legado que conectaba la grandeza de Roma con la nobleza troyana.
La dualidad en su origen
La historia de Ascanio se encuentra rodeada de variantes y complejidades. El historiador romano Livio sostenía que la madre de Ascanio no era Creusa, sino Lavinia, la princesa latina con quien Eneas contrajo matrimonio, sellando la paz entre los troyanos y los latinos. Este matrimonio fue de gran importancia, ya que simbolizó la unión de dos culturas y la fundación de una nueva dinastía. Eneas, en honor a su esposa, fundó Lavinium (Lavinia), y tras su muerte, Ascanio se convirtió en rey de Lavinia, continuando el legado de su padre.
La fundación de Alba Longa, según esta versión, estableció un reino que duraría varias generaciones, culminando con el nacimiento de los gemelos Rómulo y Remo, descendientes de Ascanio, quienes eventualmente fundarían la ciudad de Roma. Esta narrativa subraya su importancia no solo como fundador de una ciudad clave sino también como el antepasado de los fundadores de Roma, vinculando la historia mítica de Troya con el origen de la ciudad eterna.
Ascanio en la mitología y la cultura romana
La figura de Ascanio se ha mantenido como un símbolo de nobleza, valentía y liderazgo en la mitología romana. Representado en diversas formas artísticas y literarias, Ascanio encarna la conexión entre el pasado mítico y el poder imperial de Roma. Su historia refleja temas de supervivencia, legado y destino, resonando en la cultura romana como un recordatorio de sus raíces troyanas y su destino imperial.
En la literatura, especialmente en obras como la Eneida de Virgilio, Ascanio se presenta como un joven príncipe destinado a llevar adelante el legado de su padre, Eneas. Su papel en estos relatos no solo es central para la trama sino que también sirve como un vínculo entre el pasado heroico y el glorioso futuro de Roma, destacando la continuidad y la importancia de la herencia y la tradición.