laocoonte

Laocoonte: sacerdote trágico y advertencia troyana

Laocoonte, figura central en el mito troyano, se erige como un personaje de profundo trasfondo ancestral. Hijo de Capis y hermano de Anquises, el padre del célebre héroe troyano Eneas, Laocoonte ocupaba el rol sagrado de sacerdote en el templo de Poseidón en la antigua ciudad de Troya.

La advertencia profética de Laocoonte

Laocoonte emerge en la narrativa mitológica como el sacerdote que lanzó una advertencia crucial a los habitantes de Troya en un momento crucial de la Guerra de Troya. Después de que los astutos griegos abandonaran la ciudad, dejando un misterioso caballo de madera a las puertas de la ciudad, Laocoonte tuvo una premonición inquietante. En las palabras que el poeta Virgilio puso en su boca, proclamó: «Timeo danaos donna ferentes» («Temo a los griegos cuando hacen regalos»).

Laocoonte, imbuido de un profundo temor y desconfianza hacia el caballo de madera, tomó una decisión audaz y peligrosa. En un acto de valentía y determinación, arrojó su lanza contra el caballo, manifestando su resistencia a permitir que la misteriosa ofrenda ingresara al recinto fortificado de la ciudad.

La intervención de Sinón y el engaño griego

Laocoonte no estaba solo en su evaluación del caballo de madera; otros troyanos compartían su escepticismo. Sin embargo, la trama griega estaba tejida con engaño y artimañas. Un personaje llamado Sinón, quien se hacía pasar por un desertor griego que espiaba a los troyanos, entró en escena.

Sinón se acercó a los troyanos y les ofreció una narrativa engañosa. Argumentó que el caballo debía ser sacrificado en honor a la diosa Atenea. Afirmó que si los troyanos optaban por destruir el caballo, provocarían la ira de la diosa y sellarían el destino de la ciudad. Por otro lado, si introducían la ofrenda en el recinto amurallado, recibirían la protección perpetua de Atenea.

Este engaño sutil provocó una profunda deliberación entre los troyanos. A pesar de sus reservas iniciales, finalmente decidieron abrir un hueco en la muralla de Troya para permitir la entrada del caballo. La magnitud del regalo griego justificó su aceptación, según las artimañas y el engaño que tejía la trama griega.

La tragedia de Laocoonte y sus hijos

Poco después de la advertencia profética de Laocoonte y su decisión de enfrentar al caballo de madera, la tragedia se abatió sobre él y su descendencia. Dos serpientes marinas gigantes emergieron de las profundidades del mar y se precipitaron hacia la playa de Troya. Estas terribles criaturas se abalanzaron sobre Laocoonte y sus dos hijos, arrastrándolos ante el altar de Poseidón, el dios del mar.

La muerte de Laocoonte y sus hijos, que sufrieron un destino tan cruel y despiadado, puede interpretarse como una respuesta divina a su desconfianza hacia el caballo griego. Se ha sugerido que la intervención divina, en este caso, fue orquestada por Atenea, la protectora de los griegos, quien buscaba allanar el camino para la astuta estratagema de su pueblo.

El caballo de Troya y el trágico desenlace

La historia de Laocoonte y el caballo de madera forma parte integral de la narrativa del «Caballo de Troya», uno de los episodios más icónicos de la Guerra de Troya. A medida que los troyanos introdujeron el gigantesco caballo en el corazón de su ciudad, el destino de Troya quedó sellado. Sin saberlo, habían llevado a su perdición a través de este astuto ardid griego.

Una vez que el caballo fue admitido en el interior de las murallas de Troya, los guerreros griegos ocultos en su interior salieron de su escondite durante la noche. Sinón, el maestro del engaño, dio la señal encendiendo una lámpara. Los barcos griegos, que no habían partido como Troya había creído, permanecían resguardados en la cercana isla de Tenedo. Tan pronto como se encendió la señal, los guerreros griegos se precipitaron desde el interior del caballo y asaltaron la indefensa ciudad de Troya mientras sus habitantes estaban sumidos en el sueño.

Una venganza divina: otra perspectiva

Si bien la versión más conocida del mito sugiere que la muerte de Laocoonte y sus hijos estaba relacionada con el caballo de madera, otra interpretación apunta a una venganza divina de Apolo. Según esta variante de la historia, Laocoonte, quien también era sacerdote de Apolo, había desafiado el deseo del dios al casarse en contra de sus deseos. En consecuencia, Apolo habría enviado las serpientes marinas como castigo.

Laocoonte en la historia del arte

El mito de Laocoonte ha dejado una huella imborrable en la historia del arte. Una de las representaciones más famosas de esta tragedia se encuentra en el Museo Vaticano de Roma. La escultura, conocida como el Grupo de Laocoonte y sus Hijos, captura el momento angustioso en el que Laocoonte y sus vástagos son asediados por las serpientes marinas.

Laocoonte, en su desesperación, lucha por liberarse del abrazo mortal de las serpientes mientras sus hijos también sufren un destino trágico. La obra maestra escultórica refleja la intensidad y el drama de la narrativa mitológica y ha sido admirada y estudiada por generaciones de amantes del arte y eruditos.

Reflexiones finales

El mito de Laocoonte es un testimonio perdurable de la astucia, la tragedia y la intervención divina en la mitología griega. Laocoonte, el valiente sacerdote de Poseidón, se alza como un símbolo de advertencia en la épica historia de Troya, recordándonos las consecuencias mortales de la desconfianza y el engaño en el mundo de los dioses y los hombres. Su sacrificio y el trágico destino de Troya siguen siendo un legado eterno en la rica mitología griega.

Cómo citarnos
Ramírez, Silvia y Torres, Roberto (2015, 4 de octubre). Laocoonte: sacerdote trágico y advertencia troyana. Mitos y Relatos. https://mitosyrelatos.com/europa/mitologia-griega-romana/laocoonte