Las harpías eran monstruos voladores, cuyos cuerpos eran mitad con forma de pájaro y mitad con rasgos de mujeres jóvenes. Eran hijas de Taumante y de la ninfa marina Electra, hermanas de Iris, una mensajera de los dioses. Había tres o cuatro harpías y sus nombres eran Aelo, Ocípete, Celeno y Podarge, que montaba los caballos de Aquiles gracias a una alianza con Céfiro.
A las harpías, que en un principio estaban asociabas con las tormentas de viento, se les atribuían, entre otras deformidades, dedos como garras que asían todo lo que caía en sus manos. Entre sus víctimas más famosas conocemos al rey ciego de Tracia, Fineo, al que hacían sufrir hambre permanentemente, dado que lo atormentaban robándole toda la comida de su mesa y además llenándosela después de excrementos. Los Argonautas visitaron a Fineo y le liberaron de semejante tortura. Calais y Zetes, hijos alados de Bóreas, las expulsaron, ya que no se les permitía matarlas. Después se instalaron en una cueva en el monte Dicte, en Creta.