Existen dos figuras prominentes con el nombre de Pigmalión en la mitología grecorromana. Uno de ellos es el hermano de la reina Dido de Cartago o Fenicia. Sin embargo, el Pigmalión que nos interesa es un personaje distinto, un escultor que residía en la isla de Chipre.
Este Pigmalión era un hombre profundamente dedicado a su oficio. Su pasión por la escultura era tal que no tenía tiempo para las distracciones mundanas, incluyendo las relaciones amorosas. Como resultado, optó por una vida de soltería, volcando todo su tiempo y energía en la creación de una obra maestra: una escultura de mujer tallada en marfil blanco.
La Creación de Pigmalión
La habilidad de Pigmalión como escultor era insuperable. Logró infundir en su creación un realismo tan asombroso que parecía más una mujer de carne y hueso que una simple escultura de marfil. Según las palabras del poeta romano Ovidio, “La besaba y el beso era devuelto; le hablaba y la abrazaba, imaginando que sus dedos presionaban sus extremidades y teniendo cuidado de no dejar señales en su superficie”.
Pigmalión se encontró a sí mismo enamorado de su propia creación. Comenzó a tratar a la escultura como si fuera una mujer real, llegando incluso a hacerle regalos y vestirla con ropajes finos. Su devoción era tal que incluso llegó a compartir su lecho con la escultura.
La Intervención de Afrodita
El comportamiento de Pigmalión captó la atención de la diosa Afrodita. Conmovida por la devoción del escultor hacia su creación, decidió intervenir durante las celebraciones anuales en su honor que se llevaban a cabo en Chipre.
En un acto de divina intervención, Afrodita transformó la escultura de marfil en una mujer de carne y hueso. Pigmalión, al ver a la mujer de sus sueños cobrar vida ante sus ojos, no tardó en casarse con ella. Juntos tuvieron una hija a la que llamaron Pafos, perpetuando así el legado de su amor inusual.
Este mito, aunque antiguo, sigue siendo relevante en la actualidad, ya que nos recuerda el poder del amor, la devoción y la pasión por el arte. Pigmalión, a través de su amor por su creación, logró lo imposible: dar vida a la inanimada. Y en el proceso, encontró el amor verdadero.
