El dios de la Tempestad, cuyo nombre en la antigua Alemania era Donar, ha sido reverenciado en todos los pueblos germánicos, e incluso ha sido considerado entre ellos el más poderoso de los dioses; los escritores romanos lo han asimilado a Zeus o Júpiter.
Donar no era únicamente el dios de la Tempestad, pues ha sido considerado también el dios de la Guerra, ya que, según Tácito, los germanos le invocaban al salir para un combate. Aunque en Alemania su prestigio no era tan importante como el de Wotan, en Noruega era el dios a quien se dedicaban los más importantes cultos.
Origen y representación de Donar-Thor
Los poemas noruegos dan cuenta del amor de su país por este dios en numerosos cantos. Se le representa con larga y poblada barba y con un martillo de piedra en la mano, cuyo origen habría sido un meteoro, habiéndose formado una leyenda en torno de él diciendo que era la obra de un enano hábil en los trabajos de forja. Esta arma, que era lanzada por el dios, volvía siempre a su mano y era tan pequeña que el dios la podía disimular fácilmente entre sus vestiduras. En Noruega, Thor ha sido considerado también como protector de los matrimonios y de las bodas.