Edipo fue rey de Tebas, hijo de Layo y de Yocasta. Se convirtió en la figura central del drama familiar que describen tragedias como Edipo rey y otras escritas por autores griegos como Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Cuando Layo y su esposa descubrieron que no podían tener hijos, acudieron a consultar al Oráculo de Delfos, que les aconsejó no tener descendencia para evitar que Layo muriera a manos de su propio hijo. Layo se tomó la advertencia en serio, pero dejó embarazada a Yocasta un día en que había bebido demasiado y no controlaba sus impulsos. Tres días después de nacer el pequeño Edipo, un pastor se lo llevó para abandonarlo en el monte Citera con los pies atados. El pequeño fue llamado así debido a las heridas causadas, pues su nombre significa «pies hinchados». Pero sobrevivió gracias a un pastor que lo llevó ante el rey Polibo de Corintio. Los tebanos no sabían que Edipo había sobrevivido.
Edipo creció en Corinto creyendo que era hijo de Polibo. Años después, en su adolescencia, un borracho le dijo que era hijo ilegítimo. Edipo se quedó con la duda y acudió a Delfos sin que lo supiese el rey. Allí no recibió respuesta, sino que sólo se le advirtió de que mataría a su padre y se casaría con su madre, con la que incluso tendría hijos.
Edipo Regresa a Tebas
De regreso a su hogar, cerca del monte Parnaso, Edipo se encontró a un grupo de viajeros que iban a Delfos a toda prisa. Edipo no se retiró del camino y uno de los viajeros lo golpeó para quitarlo de en medio. Edipo montó en cólera y mató a todo el séquito, aunque uno de sus miembros escapó.
Después de este incidente, Edipo siguió su camino y llegó a Tebas, donde la población lamentaba la pérdida de su rey, que había sido asaltado de camino al Oráculo de Delfos. Además, la ciudad se encontraba asediada por la Esfinge, león alado con cabeza de mujer que planteaba acertijos a todo el que se acercaba y mataba a todo aquel que no supiese responder. El rey Layo había acudido a Delfos para preguntar cómo podría librarse de la Esfinge.
La Profesia del Oraculo de Delfos
El regente Creón, desesperado, prometió el trono y la mano de Yocasta al que consiguiera acabar con el monstruo. Edipo fue el único que resolvió el acertijo y entonces el monstruo cayó en el abismo. Así se casó con Yocasta y se convirtió en rey de Tebas; sin saberlo, había cumplido la predicción del Oráculo.
Homero, que llamaba «Epicaste» a Yocasta, escribió que los dioses le hicieron ver pronto que se había casado con su hijo, lo que provocó que se suicidase. Edipo reinó con gran congoja en soledad. Sófocles da una versión distinta y asegura que la pareja vivió feliz unos años, tuvieron dos hijos, Eteocles y Polinices, y dos hijas, Antígona e Ismene, y reinaron sin problemas.
Cuando Edipo llevaba muchos años reinando, una plaga devastó la ciudad, quedando las mujeres y el ganado estériles. Creón fue a Delfos a consultar el misterio de esta enfermedad y el Oráculo le contestó que la culpa era de la persona que había matado a Layo. La epidemia solamente podía acabar con la muerte del culpable. Tiresias, el vidente ciego, dijo que Edipo había sido el asesino de su padre, pero Edipo lo acusó de confabularse con el anterior regente Creón para expulsarle del palacio.
Cuando Edipo y Yocasta oyeron sus respectivas versiones de lo ocurrido en el camino a Delfos, surgió la duda por primera vez. Ambos mantuvieron la versión de que Layo había muerto a manos de una tercera persona. Una delegación de Corinto llegó a Tebas para informar de la muerte del rey Polibo y de la sucesión al trono que quedaba en manos de Edipo, que lo rechazó para no tener que casarse con su madre Merope según la costumbre local.
Así, además se aseguraba de frustrar la predicción del Oráculo, pero en ese punto el mensajero corintio, que era el mismo pastor que le había encontrado en la montaña años atrás, le dijo que no era hijo de Merope. Edipo preguntó al pastor tebano que le había abandonado y así se supo la verdad. Desesperados al conocer que habían cometido incesto, Yocasta se suicidó y Edipo se arrancó los ojos. Creón decretó su expulsión de Tebas.
Expulsión y Muerte de Edipo
Edipo no salió de inmediato, sino que tuvo que ser sacado de la ciudad sin que ni siquiera sus hijos tuvieran piedad de él y le ayudasen. Sólo acompañado por Antígona, Edipo vagó por toda Grecia como penitencia. Se ocultó durante un tiempo en Colono, un distrito de Atenas en el que gobernaba Teseo. Mientras tanto, Eteocles y Polinices habían entrado en disputa y el segundo había tenido que abandonar Tebas. Ismene acudió a decirle a su padre lo que había ocurrido y éste maldijo a sus dos hijos.
Teseo le ofreció refugio en Atenas y poco después sus dos hijas fueron hechas prisioneras por los soldados de Creón, que había planificado el regreso de Edipo para ser enterrado en Tebas y asegurarse así la prosperidad de la ciudad. Pero Teseo tuvo que liberar a las dos muchachas, que acudieron de inmediato a visitar a su padre a Colono. Su hijo Polinices también fue a visitarlo para intentar ponerlo de su lado, algo que Edipo rechazó. Finalmente, castigado por tanto sufrimiento, Edipo murió en Colono y allí fue enterrado. Sólo Teseo, que le había ofrecido vivir en Atenas, sabía el lugar donde descansaban sus restos.
Antígona e Ismene regresaron a Tebas mucho tiempo antes de que se acabasen las desgracias para la ciudad y para su familia.