Pandora fue la primera mujer de la creación hecha según las órdenes de Zeus como regalo y plaga para la humanidad. Zeus no podía perdonar al titán Prometeo que le hubiese dado el fuego al hombre y decidió vengarse poniendo a trabajar a Hefesto, que creó a Pandora con tierra y agua hasta conseguir una apariencia muy atractiva. Según Hesiodo, después los otros dioses contribuyeron a la creación: «Atenea le enseñó a coser y a tejer de diversas maneras; Afrodita le enseñó a moverse con gracia para provocar el deseo en los demás; Hermes, el guía y asesino de Argo, le enseñó a ser decidida y a engañar a los demás».
La caja de Pandora
La adorable Pandora, con su carácter decidido llegó a la Tierra, donde Epimeteo, el despistado hermano de Prometeo al que éste había advertido claramente para que no aceptase ningún regalo de Zeus, tomó como esposa a Pandora en cuanto los dioses se la ofrecieron. La humanidad vivía hasta entonces en un paraíso sin enfermedades ni miserias. Pandora tenía a su alcance una vasija de oro sellada -la caja de Pandora- en la que se encerraban los desastres, la maldad y las enfermedades. Como no pudo contener su curiosidad, abrió la vasija, liberando así todas las miserias que desde entonces afectaron a la humanidad. Solamente la esperanza -la premonición- quedó en la vasija.
«Pero el resto, innumerables plagas que vagaron entre los hombres; la tierra y el mar llenos de maldad; las enfermedades que afectaron al hombre día y noche; el engaño entre los mortales; Zeus dejó sin habla al hombre para que nadie pudiese escapar a su voluntad».
El cuento de Pandora recuerda la historia bíblica de Eva, que atribuye a la mujer todos los males de la humanidad al dejarse seducir por la serpiente para probar la fruta prohibida del paraíso. Así finalizó el estado paradisíaco de inocencia y felicidad del que había disfrutado junto a Adán. Desde entonces, la humanidad quedó condenada a una existencia llena de dolor y pesares.