En el vasto panteón de la mitología griega, Tánatos se destaca como la personificación misma de la muerte. Hijo de la diosa Nix, la personificación de la noche, y hermano de Hipnos, el dios del sueño, Tánatos desempeña un papel crucial en los mitos relacionados con el inevitable destino de la mortalidad.
Portador de la Espada Mortal
Cuando llega el momento inevitable de la muerte de un mortal, Tánatos entra en escena con su espada, simbolizando el corte final de la vida. Su tarea es sombría pero necesaria, ya que corta un mechón del cabello del infortunado mortal y lo entrega a Hades, el dios del inframundo. Esta representación mitológica destaca la conexión entre la vida y la muerte, una dualidad ineludible en la cosmovisión griega.
Visualmente, se presenta como un joven, llevando consigo una antorcha invertida. Esta imagen simboliza la inversión de la luz, marcando su papel en el oscuro acto de llevar las almas al inframundo. Aunque no tan destacado como otros dioses en la mitología, Tánatos tiene su lugar en relatos menos conocidos pero igualmente intrigantes.
Homero y Eurípides
Aunque no figura en los mitos más destacados, aparece en relatos de importancia. Homero, en su epopeya, describe cómo Tánatos y su hermano Hipnos llevaron el cuerpo de Sarpedón hasta Licia, proporcionando una mirada a la participación de Tánatos en eventos mortales.
El dramaturgo Eurípides, por otro lado, le otorga un papel en su obra «Alcestis». Aquí, Tánatos cobra relevancia al recoger a la protagonista, Alcestis, preparada para morir en lugar de su esposo Admeto. Este intercambio revela la comprensión de los griegos antiguos sobre la inevitable influencia de Tánatos en la vida humana.
Sísifo y la Astucia Humana ante Tánatos
Aunque pocos pudieron eludir la atención de Tánatos, el astuto Sísifo logró engañar al dios de la muerte. Encadenó a Tánatos a una roca, impidiendo que cumpliera su deber y llevando a la peculiar situación en la que ningún mortal podía morir. La astucia de Sísifo, sin embargo, no duró para siempre, ya que finalmente el dios de la guerra Ares intervino para liberarlo de su prisión.
Aunque no sea el protagonista de los mitos más conocidos, desempeña un papel esencial en la cosmogonía griega. Su figura ilustra la inevitabilidad de la muerte y cómo los griegos antiguos abordaban la realidad de la mortalidad en sus mitos. Este breve viaje por los relatos menos conocidos resalta la riqueza y complejidad de la mitología griega, donde cada dios, incluso el de la muerte, tiene su propia historia que contar.
